Saraca, muchachos, dequera un casorio
¡Uy, Dios, qué de mink!, 'tá todo alfombrao
Y aquellos pebetes, gorriones del barrio
Acuden gritando: "padrino pelao"
El barrio alborotan con su algarabía
Allí, en la vereda, se ve entre el montón
El rostro marchito de alguna pebeta
Que ya para siempre perdió su ilusión
Y así, por lo bajo, las viejas del barrio
Comentan la cosa con admiración:
"¿Ha visto, señora? ¡Qué poca vergüenza!
Vestirse de blanco después que pecó"
Y un tano cabrero rezonga en la puerta
Porque a un compadrito manyó el estofao:
"Aquí, en esta casa, osté no me entra
Me son dado cuenta que osté es un colao"
Va, va, cumpadrito; for de 'quí
Viene per cumer la macita y tocar la muchacha
Ma, ¿se ha creído que e' una milunga, fortachún?
Saraca, muchachos, gritemos más fuerte
¡Uy, Dios, qué amarrete! Ni un cobre ha tirao
Uh, qué bronca, muchachos, se hizo el otario
Gritemos: "pulguita, padrino pelao"
Y aquella pebeta que está en la vereda
Contempla con pena a la novia al pasar
Se llena de angustia su alma marchita
Pensando que nunca tendrá el blanco ajuar
Y así, por lo bajo, las viejas del barrio
Comentan la cosa con admiración:
"¿Ha visto, señora? ¡Qué poca vergüenza!
Vestirse de blanco después que pecó"
Y un tano cabrero rezonga en la puerta
Porque a un compadrito manyó el estofao:
"Aquí, en esta casa, osté no me entra
E mi son dado cuenta que osté es un colao"
