Silénciame, con tus dedos fríos
Y ciégame,con el fuego de tus ojos.
Destrozame con la fuerza de tus brazos
Y ahógame con el sudor de tu cuerpo.
Ven cúrame,con la sabia de tus labios,
Derrama tu negra hiel en mi corazón
Desgárrame las telas que me cobijan
Y clávate en mi cuerpo con tu seducción.
Ya no queda nada que pedirte ahora
Ya no tengo fuerzas para luchar más,
Quemarme en las llamas de tu fuego eterno,
Es lo que me basta para palpitar.
Este reino es tuyo, apacígualo.
No le tengas miedo a la obscuridad,
Lléname de besos todas las heridas,
Solo quiero verte en mi realidad.
Ya no queda nada que pedirte ahora,
Ya no tengo fuerzas para luchar más,
Quemarme en las llamas de tu fuego eterno,
Es lo que me basta para palpitar.
Ya no queda nada que pedirte ahora,
Ya no tengo fuerzas para luchar más
Quemarme en las llamas de tú fuego eterno,
Es lo que me basta para palpitar.
