Levántate por Dios, dan bueno hoy
y nos espera la emoción
De ser y no parecer,
de caminar rozando el cielo y respirar
El aire que robó esa ciudad tan egocéntrica y voraz
Y ahora estás aquí y los caballos nos rodean
y me siento tan feliz
La noche llegará y la casa encantada nos refugiará
Crujidos y quietud entablarán tan cálida conversación
Que el frío quedará con todas las heridas que ahora sanarán
La luz de tanto amor las cicatriza a cada paso que aquí doy
Junto a ti y no nos hace falta más que lo que hay
Míralas, estas montañas milenarias son mi hogar
Lo que soy, un manto que nos cubre y nos arropará hasta el final
Que venga cuando quiera y tenga que llegar
Que aquí estaré, no quiero estar en ningún otro sitio ya
Y pasarán los siglos y ahí seguirán
Pase lo que pase yo no te voy a olvidar
Y junto a ti me sentaré a contemplarlas desde el jardín
Míralas, estas montañas milenarias son mi hogar
Lo que soy, un manto que nos cubre y nos arropará hasta el final
